Los presupuestos de los ayuntamientos reflejan las prioridades, las aspiraciones y los objetivos del municipio; aparecen los recursos financieros que se asignan a cada servicio y, así, se hace patente la importancia que se otorga a cada ámbito de actuación y los objetivos que se quieren conseguir. Una parte importante de la financiación proviene de los impuestos, las tasas y los precios públicos que se cobran a los ciudadanos: es el precio de vivir en sociedad.
 
Cada año, el Pleno del Ayuntamiento aprueba el presupuesto. Además de hacer explícitos los ingresos y gastos que permitirán alcanzar los objetivos definidos en el Programa de Actuación Municipal, también establece las normas que regulan su ejecución y la evaluación del cumplimiento de los objetivos y fija las responsabilidades por la gestión administrativa de los recursos financieros. En este sentido, la transparencia es un principio básico en la gestión del presupuesto dado que los recursos que se utilizan han sido aportados por el conjunto de la ciudadanía. Por ello, el Pleno del Ayuntamiento examina cómo se ha gestionado el presupuesto del año anterior y sus resultados.

El presupuesto municipal está integrado por el presupuesto del propio Ayuntamiento, los de los diferentes organismos autónomos dependientes del Ayuntamiento, y los estados de previsión de ingresos y gastos de las sociedades municipales. La suma de todos estos presupuestos se llama Presupuesto General.